10 junio 2006

Como experimentar la manifiesta presencia de Dios

...La búsqueda y captura de Dios es un proceso. Cuando mi hija menor se apeaba de ese bus escolar amarillo, seguía un proceso similar al mío. Todavía puedo verlo mentalmente. Ella descendía del autobús rodeada de todos sus compañeritos hablando a razón de mil palabras por minuto, arrastrando su chaqueta por el suelo y con un zapato desanudado. (Por esos las chaquetas duran solo un año, cuando los pequeños se bajan del autobús escolar, los arrastran por el suelo con sus mochilas).
Yo vivía para los momentos en que sus ojos me encontraban, de repente ella se olvidaba de todo lo que la rodeaba, excepto una cosa; ¡Papito, papito!, A los tres cortos pasos la chaqueta quedaba en el piso y la mochila tres pasos más adelante. Entonces yo tenía que prepararme por que sabía que ello se iba a lanzar hacía mí en un desesperado abrazo de cariño.
La escena captada en mi mente es la expresión de puro entusiasmo en su cara. La había sorprendido, y ella estaba contentísima. Sabía que yo iría para la casa, pero fui a encontrarla mas temprano, cuando ella menos se lo esperaba.
Estaba sumergida en el gozo líquido del descubrimiento y deleitándose por la emoción inesperada del momento del encuentro ¡Es Él! Después disfrutamos de unos treinta segundos de puro placer, mientras recorríamos nuestro proceso privado de redescubrirnos. Primero saltaba a mis brazos, después de un apretado abrazo tenía que hacerla volar en círculos, sosteniendo la por las manos, con sus pies al aire, mientras ella reía incontrolablemente. Cuando finalmente la ponía de nuevo en el suelo, ella quería volver a besarme.
En ese momento , por lo general hacía que me alejaba, ¿por qué? tal vez pregunte usted ¿No quería que lo besara? por supuesto, pero sabía que si me alejaba, eso haría que mi pequeña me persiguiera incluso más anhelantemente, y entonces me daría mas besos. Era una trama muy bien organizada, No huía de ella, me alejaba.
El momento en que me alejaba de mi niña, ella ponía ese "gesto" en su cara y empezaba de nuevo el proceso con toda la determinación que podía reunir;
-¡Te voy a besar, papito! No, no me vas a besar. Mirarte. Estás toda sucia. Tienes lodo por todas partes; no me vas a besar.
Te voy a besar papito. Te voy a besar.
no no me vas a besar.
Y así el juego empezaba de nuevo .Estaba decidida a besarme. pero no era difícil para mí evadirla. Podía facilmente mover mis cien y tantos kilos hacía acá o hacía allá, para esquivarla.
A los pocos minutos ella se cansaba y decía:
- Ay papá - y desistía en su persecución. No podía capturarme físicamente , pero facilmente me atrapaba emocionalmente. No podía mover sus piernitas con suficiente velocidad como para capturarme, pero sus palabras fácilmente atrapaban mi corazón...
Algunas personas se ofenden porque uso el término los que persiguen a Dios diciendo: "Uno no tiene que perseguir a Dios " lo comprendo, pero no estoy de acuerdo. Llámelo como quiera: no me molesta . Mi hija menor no tenía que perseguirme para que yo fuera su papá, pero sí quería mas que simplemente vivir en la misma casa, si quería atención y afecto, entonces sabía que--botones- oprimir. Usted puede contentarse con estar simplemente en la casa de Dios, ¡pero yo quiero estar sobre sus rodillas!...
(Sacado del libro "Los captores de Dios" de Tommy Tenney )
Este fragmento me pareció interesante para los que tenemos sed de Dios, es un ejemplo que todos conocemos, muy sencillo pero que nos da una idea de como cautivar el corazón de Dios.

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